Todo ser
humano debe tener el derecho de expresarse ante cualquier situación que le
afecte de cualquier forma, sea positiva o negativa. La política se estableció con
el fin de llevar un orden determinado para así promover el desarrollo de su
gente y país. Por tanto, la política tiene como deber escuchar a su pueblo y
saber lo que es mejor para él y trabajar para cumplirlo. Cuando intentas
quitarle la voz a un pueblo lo único que logras es mantener sus pensamientos e
incomodidades en una botella, tarde o temprano esas ideas van a estallar en
contra de aquellos que tratan de oprimirla. El gobierno y el pueblo deben
trabaja por un fin común, enfocándose en los verdaderos problemas sociales.
Desafortunadamente esto no es lo que ocurre y cada día vemos un pueblo que
guarda reproches contra falsas promesas y decepciones políticas. Un pueblo que
se hace escuchar es uno que lucha por lo que necesita y quiere, un gobierno que
escucha a su pueblo es uno que reconoce la necesidad.
Los
problemas entre personas se resuelven hablando y es por eso que la comunicación
entre el gobierno y su gente es esencial. Debe haber ese sentido humano y
sincero que mueve a las persona a luchar por el bien de otros. Cada día la
sociedad se ve más oprimida, con miedo, individualista y distorsionada en todo
el sentido de la palabra. Se necesita gente que no tenga miedo de expresarse y
decir directamente lo que le inquieta. No puede haber una reacción si no se
comienza con la acción.
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